El concepto de eficiencia, siempre en relación directa con los de eficacia, efectividad, productividad y competitividad es esencial en el desempeño empresarial. Aunque muchas veces confundida con eficacia o con efectividad, es necesario distinguirlas, puesto que:
- mientras la eficiencia define el grado o cantidad con que se utilizan los recursos de la organización en la realización del trabajo,
- la eficacia es un parámetro que mide el grado de cumplimiento de los objetivos y metas que se propone la organización,
- y la efectividad es la relación de equilibrio entre eficiencia (el uso de los recursos) y la eficacia (el alcance de las metas propuestas) bajo el concepto de sinergia.
En los procesos, las operaciones y la administración cotidiana de una empresa, los distintos niveles de eficiencia o utilización óptima de los recursos pueden marcar diferencias enormes en los resultados.
Si nos centramos, concretamente, en los recursos telemáticos de los que cualquier empresa dispone ahora mismo, red de ordenadores conectados entre sí y a Internet, su uso óptimo, cada día más, supone enormes ahorros en medios materiales, económicos, tiempos, recursos humanos y esfuerzo dentro de la organización; sin embargo, en muchos casos, por desconocimiento o falta de determinación, están infrautilizados.
Los productos y servicios online capaces de resolver necesidades organizativas y de comunicación son cada vez más numerosos y elaborados; pero es necesario realizar una elección adecuada de los mismos, con pleno conocimiento de dichos servicios y de la utilización que la empresa va a hacer de ellos.
En este escenario cada vez más tecnológico, el futuro se encamina hacia modelos de negocio centrados en la máxima optimización de sus recursos TiC para garantizar la eficacia y la efectividad.
Quizá es el momento de preguntarnos cómo aprovechar mejor las tecnologías en la facturación de nuestro negocio o empresa y tomar decisiones de optimización y ahorro de las que después nos alegraremos más de lo que imaginamos…